martes, 26 de mayo de 2009

VOLVER A LOS ORÍGENES

VOLVER A LOS ORÍGENES
Artículo de Juan de Dios Regordán

Pienso que en nada están favoreciendo las disputas y enfrentamiento de los partidos políticos ni a la Democracia ni a la Convivencia. Los partidos políticos deben reflexionar sobre su razón de ser tal como se contempla en el capítulo sexto de la Constitución. De lo contrario, están marcando pautas para crear una sociedad desengañada y pasiva donde el único objetivo es luchar, con desconfianza, por la supervivencia o la huída ante los abusos del Poder. Se nos está presentando un Poder que refuerza su dominio y que, una vez elegidos los candidatos, se olvidan del pueblo que les confió la autoridad como servicio.

Los partidos políticos que han perdurado en el tiempo y tienen su historia, antes en clandestinidad, y después en la joven democracia española, tienen una especial responsabilidad en estos momentos de crisis. Y me refiero muy en concreto al PSOE, actualmente en el poder central, y por tanto con la misión de dar solución a los graves problemas por los que atraviesa la sociedad española. En Septiembre de 1979 el PSOE con su Congreso Extraordinario salió de una grave crisis y se definió como un partido socialista y democrático y de organización federal. En el Congreso de Octubre de 1981 profundizó en “las raíces para la Democracia y en el Congreso de 1984 el lema fue “España, compromiso de solidaridad”.

“Para ganar el futuro”, tal como preconizó el Partido Socialista en su Congreso de Enero de 1988, tenía que afrontar prácticamente los mismos retos que se le están planteando en los momentos actuales. Es cuestión de no mirar hacia otro lado ni de inventarse problemas, sino de intentar solucionar los que hay y se presentan. Estoy convencido de que la crisis se puede solucionar en cuanto se de una participación real tanto a las Autonomías como a los Ayuntamientos. Lo que interesa resaltar es que la distribución territorial del poder político, y del económico que conlleva, beneficie a todos. Actuar desde la lejanía del poder prometiendo lo no posible lleva al absurdo.

No es lo mismo un Poder Central que administre en solitario el inmenso volumen de recursos que configuran el Sector Público, que fijar un reparto como propuso el Congreso del PSOE de 1988 de entregar el 50% en manos del Gobierno Central, el 25 % de los Gobiernos Autonómicos, y el 25 % restante de Ayuntamientos, Cabildos y Diputaciones. Ante aquella propuesta sólo cabe recordar al actual gobierno de la nación que de una vez ponga en marcha aquel compromiso incumplido. Debe volver a sus orígenes y cumplir con lo que prometió y debe hacerlo ahora. porque hace falta.


Juan de Dios Regordán Domínguez