La mejor solución para el CIE de Algeciras sería no tener que abrir ninguno en nuestra Comarca del Campo de Gibraltar. Cerrar el actual, ubicado en la antigua cárcel por carecer de las mínimas condiciones de toda índole, no debería estar supeditado a tener que construirse otro antes. Este planteamiento no parece el más adecuado, teniendo en cuenta las características de los Centros de Internamientos.
Sabemos que los Centros de Internamiento dependen del Ministerio del interior y están destinados a retener a los extranjeros originarios de países no pertenecientes a la Unión Europea, que se encuentren de manera irregular en territorio español y se haya dictado resolución de expulsión del Estado o se haya iniciado procedimiento de retorno o devolución.
Como los Centros de Internamiento no tienen carácter penitenciario, el ingreso del extranjero no resulta de la aplicación del código penal puesto que el extranjero no ha cometido delito alguno, ni ha sido condenado ya que, en su caso estaría en la cárcel y no en un Centro de Internamiento.
Por otra parte, el extranjero debe ser retenido el menor tiempo posible, el indispensable para la práctica de su expulsión, y con un máximo de cuarenta días. Es necesario recalcar que el extranjero estará “retenido” y no “detenido”. Por no tener los papeles requeridos se encuentra a la espera del retorno a su país de origen, de la devolución a la frontera o de una sanción de expulsión.
La realidad es que aparece como una especie de cárcel, pero sin las garantías constitucionales que, por mínimas que sean, amparan a los centros penitenciarios, además de, como se dice, internar a personas que no han cometido delito alguno. Desde los primeros momentos estos Centros fueron pensados para “retener” por muy poco tiempo y ello requería que estuvieran ubicados en sitios muy cercanos a aeropuertos para poder ser evacuados con rapidez.
El CIE de Algeciras, además de las deficiencias y falta de estructuras de los diez Centros de Internamiento existentes en España, deficiencias en las instalaciones, deficiencias en la dotación para las condiciones de las personas, hacinamiento por temporadas, irregularidades jurídicas, deficiencias, deficiencias en el servicio de asistencia jurídica e interpretación, sistema de visitas muy restrictivo, dificultades de comunicación con el exterior, para FAPACSA en todo caso el CIE de Algeciras, como antiguo Centro Penitenciario tiene todas las características de una cárcel.
Por todo ello, FAPACSA sugiere que se cierre cuanto antes el CIE de Algeciras por las graves deficiencias, se de solución urgente a las personas que en los momentos se encuentran en el Centro, sin pensarse en la construcción de otro “para retener” por dignidad de las personas, por el gasto económico elevado y por carecer de personal adecuado para atender a las personas que se retienen durante más tiempo del deseado y necesario.
Juan de Dios Regordán Domínguez
Presidente de FAPACSA
