sábado, 10 de diciembre de 2011

ARTÍCULO DE OPINIÓN DE JUAN DE DIOS REGORDÁN DOMÍNGUEZ

PREPARANDO LA NAVIDAD DE 2011

Parece que se está dando una especie de contradicción entre la crisis real económica que existe y el comportamiento de muchas familias que acuden buscando el contacto con los Reyes Magos para que sus hijos también este año reciban la visita de sus majestades. Y es que lo mismo que el nacimiento de un hijo es un acontecimiento maravilloso, estar atento a las necesidades, a los deseos íntimos e ilusiones de los niños es también preocupación y atención por parte de los buenos padres. Todo ser humano necesita caricias y mucho más los niños para crecer en un adecuado equilibrio afectivo. Por ello, este comportamiento de muchos padres y madres en estos días es una manera de preparar la Navidad.

Es verdad que el nacimiento de un hijo es algo que trasciende a todas las demás actuaciones o preocupaciones del ser humano. La mente de los padres suele volar en el tiempo para hacerse muchas preguntas sobre el futuro de sus hijos. Todo es posible para una vida totalmente nueva. El mundo y el futuro les pertenecen a ellos. A los padres nos suele preocupar su aparente fragilidad cuando pequeños y los posibles tropezones en su juventud pero, al mismo tiempo, hemos de ser respetuosos ante su futuro que nos sobrepasa. Su mañana está por hacer y nosotros no somos su modelo. En el nacimiento de cada nuevo ser humano se rompe el molde.

Navidad de 2011 nos trae la imagen de todas aquellas personas que lo están pasando muy mal, Navidad no es el sueño de unas fiestas, es algo más profundo, sencillo y misterioso. Nos está marcando las tareas de un examen: hemos de aprender perfectamente conjugar el verbo compartir. El que comparte no lo hace desde lejos, sino que mira a los ojos al que lo recibe y penetra en el interior de la profundidad de los problemas que le llevaron a tener necesidad de ayuda. El que tiene dos túnicas de una al que no tiene, coma con el que tiene hambre, escuche y se comunique con el que tiene necesidad de ser oído.

Navidad de 2011 nos sitúa ante un mundo, en destrucción y desunido, que necesita del esfuerzo de todos para empezar a vivir un nuevo estilo creador. Estamos llamados a amar, a aspirar a la libertad de palabra, al derecho a la diferencia. Son valores que muchos reclaman y esperan, pero no están dispuestos a favorecer el compartir. Sin embargo, todos estamos llamados a luchar contra la hipocresía y contra el mal para erradicar la injusticia como causa del robo aparentemente justificado, pero nunca justo. Nacer pobre es haber sido hijo de una situación de injusticia.

Navidad 2011 nos plantea la necesidad de un análisis valiente del concepto de pobreza. La pobreza, como carencia de lo necesario para vivir dignamente como persona, es una verdadera injusticia y repugna a la misma dignidad de todo ser humano. Ya hace mucho tiempo se dijo que “lo que le das a un pobre no le das de lo que te sobra, sino de lo que le has robado”. La verdadera pobreza es muy difícil de definir y encontrar. Tal vez tengamos que aprender antes a conjugar, con mucha nulidad, el verbo “compartir” profundizando hasta que llegue al subconsciente la verdad de la primera persona “yo comparto”

Al solidarizarnos con los excluidos que la sociedad no cesa de fabricar, hemos de comprometernos por los caminos de la justicia, desde un plano de igualdad y procurando llegar a ponernos en lugar del otro; el otro que nos necesita y que también nosotros necesitamos.


Juan de Dios Regordán Domínguez