El movimiento asociativo y, de manera especial el movimiento vecinal, con base en la Constitución, tiene un espacio de participación sociopolítico definido y con objetivos muy claros:
- Propiciar y fortalecer un modelo de vida cuyo objetivo fundamental sea la mejora de la calidad de vida de los ciudadanos.
- Desarrollar un proyecto sociocultural destacando la importancia de las relaciones colectivas y solidarias de los vecinos.
- Favorecer la organización de los vecinos en la defensa de sus derechos y en el reconocimiento de sus realidades sociales y culturales.
En esta perspectiva de participación y desarrollo, podemos definir al asociacionismo vecinal como un movimiento de carácter global que coexiste con otros grupos sociales de índole sectorial, propugnando sus acciones desde un marco territorial de organización (barriada-ciudad), y que fomenta, al mismo tiempo, la creación y desarrollo de otras organizaciones específicas o sectoriales (asociaciones culturales, recreativas etc.).
Quiénes pretendan dar un paso atrás para no contar con las asociaciones y defender que quienes mandan son sólo los elegidos en unas listas municipales, tal vez sin saberlo están favoreciendo las dictaduras de partido. Y, con la falacia “ una persona un voto”, se quiebra una parte fundamental de la democracia que es la participación ciudadana y el asociacionismo.
Juan de Dios Regordán Domínguez
Presidente de FAPACSA